ARQUITECTURA BIZANTINA


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Se denomina arquitectura bizantina al estilo arquitectónico que estuvo vigente durante el Imperio Bizantino (Imperio romano de Oriente) desde la caída del Imperio romano de Occidente en el siglo V. La capital del Imperio de Oriente era Constantinopla (Constantinopolis o ciudad de Constantino), cuyo nombre anterior fue Bizancio y, actualmente, Estambul, y ello desde el año 330, momento que otros autores fijan como el inicio de la arquitectura bizantina.


Por lo que respecta al marco geográfico en el que se produce el estilo arquitectónico bizantino, éste coincide en líneas generales con la extensión geográfica del Imperio Bizantino, con lo que fue cambiante en el tiempo en razón de las circunstancias históricas y políticas de dicho reino a lo largo de los más de diez siglos de vigencia de dicho estilo.  
Resultado de imagen para arquitectura bizantinaA pesar de que en los primeros momentos de su existencia la arquitectura bizantina no se distinguía especialmente de la arquitectura romana, de la que en sus primeros balbuceos constituía únicamente una mera derivación regional, la larga evolución en el tiempo de la misma permitió la emergencia consolidada de un estilo arquitectónico distintivo, que quedaba por lo demás muy permeabilizado ante las influencias que recibía de las arquitecturas orientales.


CARACTERÍSTICAS:

Imagen relacionadaLa arquitectura bizantina mantuvo varios elementos de la arquitectura romana y de la paleocristiana oriental, como los materiales (ladrillo y piedra para revestimientos exteriores e interiores de mosaico), arquerías de medio punto, columna clásica como soporte, etc. pero también aportaron nuevos rasgos entre los que destaca la nueva concepción dinámica de los elementos y un novedoso sentido espacial y, sobre todo, su aportación más importante, el empleo sistemático de la cubierta abovedada, especialmente la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos en los ángulos que facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula. Estas bóvedas semiesféricas se construían mediante hiladas concéntricas de ladrillo, a modo de coronas de radio decreciente reforzadas exteriormente con mortero, y eran concebidas como una imagen simbólica del cosmos divino.
Otra aportación de gran transcendencia fue la decoración de capiteles, de los que hubo varios tipos; así, el de tipo teodosiano es una herencia romana, empleado durante el siglo IV como evolución del corintio y tallado a trépano, semejando a avisperos; otra variedad fue el capitel cúbico de caras planas decorado con relieves a dos planos. En uno y otro caso era obligado la colocación sobre ellos de un cimacio o pieza troncopiramidal decorada con diversos motivos y símbolos cristianos.

 En la tipología de los templos, según la planta, abundan los de planta centralizada, sin duda concordante con la importancia que se concede a la cúpula, pero no son inferiores en número las iglesias de planta basílical y las cruciformes con los tramos iguales (planta de cruz griega).
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En casi todos los casos es frecuente que los templos, además del cuerpo de nave principal, posea un atrio o nártex, de origen paleocristiano, y el presbiterio precedido de iconostasio, llamada así porque sobre este cerramiento calado se colocaban los iconos pintados.




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